La Gran Travesía 2024 fue hacia la libertad

Atravesar significa dejar un lugar y pasar a otro, un proceso donde son importantes el camino, el recorrido y todo lo que implican. La juventud es un periodo de travesía; en él se deja atrás la infancia y se comienza la vida adulta. En esta etapa se empieza a tomar conciencia de las cosas que hacen a una persona ser lo que es.

Espiritualidad, tradición y libertad fueron las palabras que acompañaron a La Gran Travesía, evento que se llevó a cabo el sábado 28 y domingo 29 de septiembre de este año; se realizó en el Centro de Pastoral Afro de la Arquidiócesis de Cali que dirigen los Misioneros de la Consolata. Es la quinta ocasión en que se realiza, con un claro liderazgo femenino. Participaron 78 personas; 71 eran jóvenes de las zonas Sur (Robles, Chagres, Villa Paz, Quinamayó), Oriente (San Lorenzo Diácono y Mártir, Cristo Maestro, Cristo Señor de la Vida, Verbo Divino) y Norte (Señor de la Buena Esperanza en Yumbo).

El objetivo principal de esta Travesía fue abordar el tema de la libertad. El pueblo negro ha luchado por su liberación, aunque, lamentablemente, en muchas ocasiones se cuenta la historia como si su resistencia a los procesos que lo victimizan fuera poca o nula. Se les presentaron a los jóvenes personajes referentes de la cultura afrocolombiana y afrolatinoamericana: ancestros y ancestras que dedicaron su fuerza, su voz y su trabajo a la libertad y la emancipación del pueblo negro. La invitación fue a salir de la narrativa de que solo fueron personas esclavizadas, a destacar también la resistencia que les caracteriza, el proceso de liberación y contar la historia completa, fundamentada en la lucha del pueblo afro.

Se trataron también temas como la historia reciente, la soberanía alimentaria y las plantas medicinales, junto a la oralidad, el conocimiento ancestral, los símbolos representativos, los sonidos e instrumentos autóctonos; se resaltaron la educación, el arte y el emprendimiento. Se fortalecieron el liderazgo y el trabajo en equipo a través de la yincana “Camino hacia el Palenque”. La idea fue que la juventud afro comprendiera que los elementos para pasar de la libertad a la lucha por sus derechos ya están en su cultura. La espiritualidad afro pone ahí su acento: Dios habla, llama y obra en la cultura. Se le recordó que la voluntad de Dios es que sean libres, y su cultura tiene las semillas de esa libertad.

El domingo 29 de septiembre celebramos una Eucaristía en la Parroquia María Madre del Buen Pastor, en Charco Azul. La presidió monseñor Winston Mosquera, con un mensaje sobre la esperanza que la Iglesia pone en sus jóvenes. La historia de mons. Wiston es fuente de inspiración, demuestra que los referentes también son un asunto del presente. Conocimos más de cerca la historia del Corregimiento de Mulaló, al norte de Yumbo, en un recorrido por su territorio y una visita a su museo; fue un espacio para mostrar talento y compartir alimentos.

Mary Nelly Carabalí participó en la primera Gran Travesía en 2016 y hoy coordina la juventud en la Pastoral Afro. Para ella, “la Gran Travesía 2024 fue una experiencia muy gratificante; me permitió compartir con jóvenes de distintas comunidades, conociendo sus talentos y experiencias; descubriendo su lado creativo, la facilidad de adaptación, la alegría, la sencillez y el trabajo en equipo, entre otros dones. Descubrí que el conocimiento nos hace libres, y que la juventud sí ama y sigue a Dios, desde lo que cada uno y cada una somos”.

Sandrio Candido, uno de los facilitadores de la primera Gran Travesía, comentó que “regresar a esta, organizada por los jóvenes de aquel entonces, y ver que el proceso sigue adelante con una nueva generación, es gratificante”. Reconoce que los tiempos han cambiado y la juventud de ahora no es la misma de 2016. Todavía se necesita hablar de resistencia, de que no estamos solos y partimos de la tradición y la ancestralidad. Pero le gustó ver jóvenes de 15 años empoderados en su cultura. “Un ejemplo fue cuando debatimos el término ‘esclavizado’ y fueron los mismos jóvenes quienes dijeron que nosotros no fuimos esclavos, sino esclavizados. Además, cuando hablaron de las prácticas culturales de sus tierras, uno sentía que esto ya estaba arraigado en ellos. Lo mismo sucedió con las canciones relacionadas con el pelo afro y otros temas. Esto significa que la lucha ha dado frutos. Sé que todavía queda mucho por hacer, pero algo se ha  logrado, y es hermoso.”

Lo especial de estas actividades es que las organizan jóvenes para jóvenes; permiten aprender y vivir la experiencia de Dios sin sentirlas aburridas o distantes. Les hacen sentirse incluidos, amados por Dios y motivados a compartir con otros lo aprendido. Es importante para la juventud saber que la lucha por la libertad es voluntad de Dios; como lo dice la Escritura en Gálatas (5, 1), segunda de corintios (3, 17) y en el Evangelio de san Juan (8, 36), y en muchas otras partes. Se enmarca también en el espíritu misionero de san José Allamano que le inspiró la Virgen Consolata: “El espíritu del Señor Yahveh está sobre mí, por que me ha ungido Yahveh. A anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado, a vendar los corazones rotos; a pregonar a los cautivos la liberación” (Isaías 61, 1).

Este artículo fue publicado por primera vez en el no. 288 del Año XXXIV de La Voz Católica. En este enlace puede consultarlo en la forma impresa del periódico de la Arquidiócesis de Cali.

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