Cali, 28-08-2020
¡¿A quién le duelen nuestras muertes?!
Somos mujeres negras del oriente de Cali: comadres, abuelas, mamás, madrinas, tías, paisanas; nos duelen nuestras muertes y exigimos justicia. Denunciamos el racismo como una forma de aniquilación que se ejerce sistemáticamente contra nuestra gente renaciente del pueblo negro. Con persistencia, aún con la adversidad, pese a la confusión y la desesperanza, procuramos vivir dignamente.
Exigimos justicia, reparación y garantías de no repetición por el asesinato de cinco jóvenes el pasado 11 de agosto de 2020: Leyder Cárdenas Hurtado, Jair Andrés Cortés Castro, Alvaro José Caicedo Silva, Luis Fernando Montaño y Jean Paul Perlaza. Sus cuerpos, con señales evidentes de tortura, heridas causadas por armas cortantes, golpes y con disparos de gracia, fueron encontrados por los mismos familiares que salieron a buscarlos, al ver que no regresaban de elevar cometas. El sitio donde fueron encontrados los niños es un cañaduzal, que colinda con el barrio Llano Verde en el Oriente de Cali; es parte del monocultivo de la caña de azúcar que ha esclavizado y desplazado al pueblo negro y devastado el bosque del valle geográfico del río Cauca desde el siglo XIX. En este mismo lugar han sido asesinados, antes, otros jóvenes en circunstancias similares.
Este barrio, construido por la Alcaldía de Santiago de Cali y el gobierno nacional, está poblado mayoritariamente por comunidad negra que ha vivido en un continuo desplazamiento forzado, víctimas del conflicto armado, desde sus territorios ancestrales en el Pacifico colombiano y el Cauca, y, en menor porcentaje, por la población reubicada por el “Plan Jarillón”, como un proceso de despojo para los megaproyectos que se adelantan en Cali. Y ahora, ya ubicados en este sector, sufren procesos de revictimización y violencia permanente.
Llegar a este lugar no significó para las familias acceder a una vida digna y libre de violencias; por el contrario, ha significado vivir la pérdida de sus hijos; más de 200 asesinatos de menores han ocurrido en siete años de constituido el barrio. Se trata del etnogenocidio contra el pueblo negroque busca su desaparición y aniquilación física y cultural. No son muertes casuales, ni fortuitas, responden a un plan de exterminio de la población negra, por cuanto el racismo es útil para eliminar a la población “sobrante”. Las personas negras siguen siendo consideradas por fuera de la condición humana y, por tanto, vidas valoradas como menos importantes, sacrificables o prescindibles. El Oriente y la Ladera de Cali no han sido considerados, ni antes ni ahora, como parte de la ciudad. ¡Exigimos justicia!
El asesinato de los jóvenes negros en Colombia es sistemático, como lo demuestran los crímenes más recientes. En Puerto Tejada, un pueblo negro, la policía asesinó a golpes al joven Anderson Arboleda, al atacarlo cuando estaba en la puerta de su casa; también Janner García Palomino fue asesinado por un policía. Dos niños de 15 y 17 años (Cristian Caicedo y Maicol Ibarra); en el departamento de Nariño (municipio de Leiva) fueron asesinados por paramilitares después de entregar una tarea a su maestra. Cristian Angulo España, de 24 años, en el mes de marzo, apareció asesinado en el cañaduzal de Llano Verde. Al momento de escribir este comunicado, nos enteramos del asesinato de 6 jóvenes en Tumaco; siendo esta la tercera masacre en una semana, y del asesinato en Palmira, Valle, de A. Perlaza, joven auxiliar de enfermería de 22 años, causado por el disparo de un policía en la puerta de su casa. Todas estas masacres se perpetran contra la comunidad negra, aunque en el país no se hacen las identificaciones de asesinatos y desapariciones de personas por género y racializadas.
El racismo en todas sus manifestaciones se expresa en la sociedad caleña a través de la indiferencia y la poca solidaridad, la criminalización de los jóvenes asesinados y la justificación de los hechos de violencia sin investigación, desde el prejuicio racial. Hoy, 28 de agosto de 2020, exigimos justicia para nuestra gente del pueblo negro y que se nos diga la verdad de lo que pasó con nuestros jóvenes masacrados. Pasó ¿y por qué pasó? ¿Quién dio la orden? ¿Por qué se estaba preparando una fosa común? ¿Qué pasa con la fuerza pública responsable?
¡El racismo mata!
Asociación Casa Cultural El Chontaduro
Afrodes
Otras negras y ¡feministas!
Resistencia Antirracista
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