Hoy es el Día Internacional de la Mujer Afro Latinoamericana, Caribeña y de la Diáspora. La mujer afrocolombiana representa el 50,4%, poco más de la mitad de la población afro, la mayoría está entre los 15 y los 64 años, pero tiene un 2,3% más de desempleo. El Centro de Memoria Histórica reconoce que el 87,03% de las mujeres víctimas del conflicto son afro. Eso convierte a muchas de ellas en cabezas de familia por causas violentas. Además de la invisibilidad estadística del pueblo afrodescendiente, también se esconden cifras terribles de delitos sexuales en su contra.
El país debe reconocer con orgullo su papel central en las negociaciones de paz, con iniciativas como “No parimos hijos para la guerra”, o iniciativas tan creativas como la huelga de piernas cruzadas para mejorar la vía de acceso a Barbacoas. Su rol en la interculturalidad en las áreas urbanas ya se reconoce en varias investigaciones y, por si fuera poco, tiene un papel central en la preservación del canto, la décima y el desarrollo literario de sus territorios.
Testimonios, aún sin profundizar, aseguran que fueron las mujeres de Buenaventura las que animaron a mons. Gerardo Valencia Cano a crear la primera Pastoral Afro en la Diócesis de Buenaventura. Su rol protagónico en todos los consejos comunitarios de la Arquidiócesis es innegable. Celebremos, como lo hace el Movimiento Nacional Cimarrón, “¡Mujer, sin ti nada es posible!”
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