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32 jefes de Estado de los países independientes y líderes de la autodeterminación del continente se reunieron en Addis Abeba, la capital de Etiopía, para organizar su autonomía completa, la unidad de sus voces y el camino para liberarse de imperialismo, colonialismo y apartheid.
Un año antes, se disolvió la Unión de Estados Africanos, que solo duro 4 años. Al Crear la OUA, se buscaba también promover el respeto a los Derechos Humanos, elevar el nivel de vida de sus habitantes y resolver discrepancias entre sus integrantes. Llegó a incorporar a todos los países del continente, excepto Marruecos, que se retiró para reclamar la inclusión de la República Sarahui. Este caso de colonización interna sigue sin resolverse hasta hoy. La reemplazó en julio 9 de 2002 la Unión Africana.
Un héroe que su propia patria se demoró por excelencia nació en Onalua, cerca de Katako-Kombe, en la región central de lo que hoy es la República Democrática del Congo (Congo-Kinshasa). Recibió una educación inusual en su país y su región, lo que le llevó a recibir una beca para estudiar en Bélgica, dentro de las 200 para un país de 13 millones. Después de trabajar en una compañía minera, abrazó la causa de la unidad nacional, al saber que las materias primas de su país eran codiciadas por el mercado internacional. La Exposición Internacional de Bruselas y la Conferencia Panafricana de Accra coronaron un proceso de afirmación en su ánimo independentista y decolonizador. La posterior represión de los líderes nacionalistas lo llevó a la cárcel, pero la unidad de los partidarios de la independencia obligó a los belgas a aceptar su participación.
Balduino, rey de Bélgica, acordó la independencia congolesa para 1960, pero sin cambiar las posturas respecto a los intereses de su país. Las elecciones le dieron un triunfo considerable al Movimiento Nacional Congolés, de Patrice Lumumba. El, como primer ministro, asumió una clara oposición a los abusos de los colonialistas, rechazó al federalismo como una forma escondida de dividir el país y abrazó el panafricanismo y la no alineación entre EE.UU. o la Unión Soviética. Los enemigos de estas posturas favorecieron la separación de Katanga, provincia sureña rica en minerales. Solo décadas después, Bélgica (2002) y Estados Unidos (2014) reconocerían que se aliaron con Moïse Tshombé, el líder secesionista, Joseph-Désiré Mobutu, el secretario de Estado en funciones, y y otras líderes en secreto para promover el caos y derrocar a Lumumba mediante un golpe de estado. Lumumba hizo un llamado a los líderes independientes africanos, con la advertencia de que, si caía el Congo, África se sumiría en la derrota y la servidumbre, e intentó escapar. Los partidarios de Mobutu lo arrestaron y se organizó su humillación pública, su asesinato (enero 17) y hasta la desaparición de sus restos.
El Parlamento de Sudáfrica derogó la PopulationRegistrationAct(ley de registro de la población), uno de los pilares del sistema de segregación racial que rigió ese país desde 1948 hasta principios de los 90. Dividía la población en 3 grandes grupos: blanco, negro y de color (mestiza). Los indios (personas del sur de Asia o la India Británica y sus descendientes) se añadieron más tarde. Clasificaba a la gente según su cabello y su vello, el color de su piel, los rasgos faciales, la lengua materna, su vecindario y personas conocidas, empleo, su estrato social y su costumbres de comida y bebida. Al sistema, conocido como apartheid (separación), lo completaban las leyes que prohibían las relaciones sexuales interraciales y las de los pases, que restringía los movimientos y las posibilidades de vivienda de los no blancos. Estas se empezaron a abolir unos meses antes debido a la presión nacional e internacional.
Sin embargo, el proceso no tuvo una fecha definida. El registro racial se mantuvo, a pesar de todo, hasta el desarrollo de una nueva constitución en 1996. Otras políticas cayeron con el plebiscito en el que solo votaron los blancos, el 8% de la población, para aprobar los cambios democráticos en 1992, y con las elecciones universales de 1994 donde se eligió a Nelson Mandela con una aplastante mayoría. Pero otros cambios, en la concentración de la tierra y la riqueza financiera y el mejoramiento gradual de la educación para la mayoría negra africana, tuvieron que esperar y todavía generan roces y arduas discusiones.
Su día internacional se usa para recordar su cantidad de cifras alarmantes, como:
De los 39 países pobres más endeudados del mundo, solo 4 no están en África.
La esperanza de vida en África al sur del Sahara es 22 años menor que la media mundial.
La diáspora afro prefiere ver este día como el de la reivindicación de sus bellezas, humanas y geográficas, y de la cuantiosa riqueza de su herencia ancestral y espiritual. También se le usa para llamar a la unidad ante la necesidad de las reparaciones históricas.
Activistas y líderes políticos crearon la primera Conferencia de Estados independientes Africanos y con ella el Día de la Libertad Africana, como símbolo del fin de la dominación colonial. Cinco años más tarde, se fundó la Organización para la Unidad Africana (OUA), la más importante del continente.
El lema de la conferencia fue “¡Manos fuera de África! ¡África debe ser libre!”. Trató el anticolonialismo, el antiimperialismo, el antirracismo, la unidad africana y la no alineación, desde una postura claramente pacifista.
Es la plataforma mundial más grande para la divulgación ambiental y lo celebran millones de personas en todo el mundo. Cada año lo organiza un país diferente, y en 2023 lo hace Costa de Marfil. Ya van 50 ocasiones desde que la Asamblea General de las Naciones Unidas lo estableció por primera vez en 1972.
Si no actuamos ya, el aire contaminado aumentará en 50% en esta década, los desechos plásticos podrían triplicarse para 2040 y esas son solo 2 de las posibles consecuencias. La economía circular puede reducir los plásticos que llegan a los océanos en más del 80% para 2040; reducir la producción de plástico virgen en un 55%; ahorrar a los gobiernos 70.000 millones de dólares para 2040; reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 25%; y crear 700.000 puestos de trabajo más.
El primer caso documentado de VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana) fue el de un cazador en el Congo-Kinshasa en 1959, probablemente al cocinar o capturar un simio ya infectado. Ese sería el salto del virus, antes solo en animales, al humano. Solo se le identificó 20 años después, gracias a que su sangre se congeló como muestra de una enfermedad desconocida. Otra fuente asegura que la primera epidemia de este tipo se dio en la misma Kinshasa en los 70; de ahí se habría extendido hacia África oriental y luego a la centro-occidental. Hubo otros casos, el de un joven afroestadounidense (1969) y el de un marinero noruego (1976), que terminaron en muerte. Después se reconoció el VIH a través muestras de tejido.
Alarma mundial
Pero lo que le dio la fama internacional e inició su combate global fue una publicación del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC). Reportó casos de una variante desconocida de neumonía que atacaba hombres jóvenes sanos y un pico de un cáncer oportunista en la piel de hombres gay en Nueva York. La enfermedad continuó su extensión por el continente africano debida a carencia de información y terapias efectivas. El AZT solo se empezó a usar en 1998 y un año después en Botswana para prevenir el contagio madre-hijo. Tuvo que esperarse hasta el 2000 para que la presión sobre las farmacéuticas hiciera posible el uso de drogas genéricas producidas en India, Brasil y otros lugares. Países del centro y sur de África lograron tratar a la mayoría de su población afectada, pero la epidemia afectó el continente de forma severa. En la actualidad se ensaña con las personas dedicadas al trabajo sexual y el coronavirus incrementó los riesgos para personas clave.
Los datos sobre la población afrodescendiente en América Latina precisa mejorar el uso de la etnicidad como variable, sensibilizarse con las diferencias culturales, crear políticas públicas que consideren las necesidades de estas poblaciones y aplicar un enfoque intercultural en salud para garantizar su acceso a la salud.
El apartheid en Sudáfrica regulaba todas las relaciones entre los blancos y todas las otras etnias para asegurar la supremacía racial de la minoría de origen europeo (el 21%). La mayoría africana tenía todas las de perder. Soweto (abreviatura de South West Township o Municipio Sudoriental), un barrio pobre segregado para los negros en Johannesburgo, se resistía a estudiar en afrikáans, la lengua de la minoría blanca y exigían igualdad de derechos. Los estudiantes llevaban semanas de movilizaciones y contaban con el apoyo de Conciencia Negra, el movimiento de Steve Biko.
Decidieron hacer un gran marcha pacífica juntos, pero la policía exigía que se dispersaran por no ser una manifestación autorizada y les lanzó gases lacrimógenos y perros feroces. Los jóvenes les respondieron con piedras y los policías abrieron fuego y la manifestación se salió de control. El gobierno ordenó restaurar el orden “a cualquier precio”, contra más de 10 mil estudiantes desarmados y muchos de ellos en uniforme. La respuesta brutal del régimen sudafricano nacionalizó las protestas, unificó a su rival, el Congreso Nacional Africano, genero el rechazo internacional y significó el principio del fin del apartheid.