23 Jun Visitación de la Virgen María a su prima santa Isabel
María, después de que el ángel le anuncia que su prima ha concebido un hijo en su vejez, se pone en camino para ayudarla unos 3 meses. De la visita nos queda el salto de gozo que dio san Juan bautista en el vientre de su madre y la oración del Magníficat, como lo narra san Lucas. Esta oración, en nuestras comunidades, se conoce como “la magnífica”, como forma de asignarle el homenaje a María. Pero la tradición aclara que es a Dios a Quien ella glorifica, desde los textos de Samuel, Habacuc, Job y varios salmos.
La fiesta la instituyó el papa Urbano VI en 1389, para poner fin al Gran Cisma, la separación entre la Iglesia ortodoxa y la Iglesia católica, mediante la intercesión de la Virgen María. La celebración se inició en Bizancio, en la fiesta de la santa túnica de la Theotokos (“la que da a luz a Dios”), el 2 de julio, cuando se leía el Evangelio de la visita de María a Isabel. Los franciscanos la adaptaron a la Visitación de María, en 1263. La reforma litúrgica del Concilio Vaticano II la fijó el 31 de mayo, al final del mes dedicado a María.