“La violencia entre nosotros nos está matando más de lo que hará el coronavirus en Buenaventura”, escribió un ciudadano hace dos días.
El 16 de mayo de 2017 es un día importante para recordar, Buenaventura se presentó con un movimiento social de grandes magnitudes que permitió, no solo mostrar ante el mundo sus problemas no atendidos, sino que logro sensibilizar a todo un pueblo que había que hacer un alto en el camino frente a los múltiples problemas que aquejaban este distrito y que requerían de una inmediata atención.
El cansancio de problemas de administraciones anteriores se notaba en la gente, se notaba la carente presencia de líderes políticos y sociales y es ahí donde el actual alcalde Víctor Hugo Vidal Piedrahita nace como una opción para lograr lo que anteriores alcaldes no habían podido, que era soñar con una nueva forma de administrar dejando atrás todas las angustias de corrupción y malos manejos expresados por autoridades de control.
“La unidad, es un imperativo”
Ese sueño de encontrar una mejor persona para administrar Buenaventura se convirtió en realidad en las elecciones del 27 de octubre de 2019, donde las encuestas nunca fueron claras sobre el posible ganador ya que se mantuvo en secreto la intención de voto para blindar ese posible triunfo.
Hoy esta ciudad que de acuerdo al Dane tiene 311.827 habitantes, pasa por la polarización de siempre o por la evidente fractura política existente por sí misma, continúan algunos con el ejercicio más fácil del mundo que es ser analista de todo y ejecutor de nada. Cuestionar es una de las tareas más fáciles del mundo y hoy se continua ejerciendo frente a todo lo que el actual mandatario ejerce, hoy se devuelve ese ejercicio que los activistas, sindicalistas han ejercido tan bien durante toda una vida y hoy se molestan hasta por decir que el día está gris.
Los flamante integrantes del Comité del Paro Cívico ejercieron una tarea disciplinada por años algunos, y por meses otros y considero hoy que se creyeron el cuento de ser los salvadores de todos los males que históricamente aquejan a Buenaventura, reconociendo sus buenas intenciones.
Pero, para administrar no solo se necesita de buenas intenciones, se necesita conocer la administración pública con todas sus complejidades, rodearse de los mejores Secretarios de Despacho, se requiere de ejercer unas relaciones con la clase política sin dadivas, se requiere de ejercer un nuevo liderazgo olvidándose que el candidato se convirtió en mandatario y que ejerce para todos, y no solo para quienes estuvieron en el “proceso”.
El mandatario ante la actual pandemia por el coronavirus ha mostrado su condición de líder pero con equivocaciones que no son propias de él, sino de esta crisis en salud que cogió a la humanidad sin avisar y que cada día requiere de análisis y repensarse sobre las mejores medidas para cada territorio con sus particularidades.
El Alcalde Vidal Piedrahita debe rodearse de los mejores profesionales expertos en salud pública, epidemiólogos o profesionales con deseos de contribuir al sector. El peor error en que puede incurrir es considerar que lo que hace está bien por sí mismo, antes de evaluar día a día la actual situación
Muchos médicos en Buenaventura y profesionales de la salud se quejan de la poca receptividad del señor alcalde frente a recomendaciones que le hacen, pero esto hace parte de las complejidades de administrar un distrito como Buenaventura con problemas históricos aún sin resolver y enfrentado a unas expectativas de la comunidad muy altas frente al solucionador de todo para todos.
Que espero como hija de Buenaventura: que le bajemos unos puntos a la crítica innecesaria y que ese liderazgo que Víctor mostró como líder cívico se mantenga independiente del ejercicio que como mandatario le toca.
En Buenaventura es bueno recordar que el liderazgo se puede mantener independiente de las posiciones que la vida le permitió ejercer como mandatario, buenos ejemplos, el Dr. Carabali recordado siempre y el don de gente del ingeniero eterno amigo de todos.
“El exceso de lucidez es un acercamiento a la locura”, no le paremos atención a todo, dejemos que el Alcalde se equivoque, está en su derecho, sé que lo entenderá.
No esperemos tanto y aportemos más desde el espacio natural en que nos encontramos hoy.
“Buenaventura mi amor por siempre”.
“Me diste tanto, que espero continuar caminando hacia ti”.
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